termina mi triste dialogo. pink
el perfume de tu piel me abruma, sueño con volver a desnudarte y balancear mi alma en la marea de tu vientre. me seducen tus letanías; el ritual de tu cuerpo devorándome me provoca vértigo. quiero ser el altar palpitante que yace sobre las sábanas, inmóvil y sagrado, mientras tu alma de sacerdote se contorsiona sobre mi. Ya sabemos cómo concluye la ceremonia. Ya sabés que no tengo un corazón para ser sacrificado.
quim, Soy todo lo que el no quiere. Soy un episodio, un capítulo, un paisaje triste que pasa como una ráfaga por la ventana. Soy aquella mano lívida que siempre estará, la flor marchita que adornó una corona en llamas. Soy la que desea en vano, la que aguarda resignada, la que murmura solitaria la misma y unívoca canción. Soy la que conoce la diferencia, la que prefiere la guerra cotidiana, la que grita ante la ilusoria jaula donde el porvenir transcurre en una lenta y penosa marcha.
Soy la que lo ha amado, la que reclama su primer te amo. Soy todo lo que ha dejado: Nada.
Sólo eso, y nada más.
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